lunes, 11 de septiembre de 2006
Tarde para el olvido

Empezó el festejo con la baja por lesión de muñeca izquierda de Manuel Fernández Mazzantini, el cual fue sustituido por Juan Carrasco “El Bache” natural de Jerez de los Caballeros, convirtiéndose en un mano a mano entre este novillero y el anunciado Alejandro Peña dispuestos a torear un bien presentado encierro de Javier Pérez-Tabernero Sánchez.
El paseíllo eliminó toda clase de ilusiones al comprobar que solo una cuadrilla junto a los dos matadores, es decir cinco hombres se disponían a lidiar el encierro sin ánimo, con suma desgana que rápidamente hizo que el tedio se apoderara de un cuarto de plaza que allí estábamos presentes. Nada digno de mención, todo vano de ilusión, de ganas, de torería y de fundamentos de tauromaquia. Los toreros no tuvieron recursos para salir airosos del buen son de los novillos, que prácticamente llevaban el orden de la lidia, es decir se hacía lo que el toro quería, ni más ni menos y mejor no hablemos del tercio de banderillas ya que los tres subalternos actuantes, solo tres, con un miedo atónito y con más pinta de aficionados que de toreros, no conseguían clavar ni tres banderillas en un mismo novillo; llegando el presidente a cambiar el tercio con un solo palo, tras mil y un intento. El sabio público vio como sus ilusiones de ver un festejo entretenido y serio, no más, se vieron desvanecidas al primer toque de clarín.
Lamentable espectáculo el vivido en Zalamea, digno de ser olvidado cuanto antes de la memoria del buen aficionado, pero no olvidado por la empresa y colaboradores que deben hacer que estos penosos festejos dejen de celebrarse, no solo en Zalamea, sino en cualquier plaza de toros.
Eduardo Vázquez Zarza
Toros y toreros triunfan en la Taurina Zalamea.

La terna estoquearía un bien presentado encierro de Guadalmena que sustituiría al anunciado, decisión acertadísima ya que el ganado, bajos de casta aunque muy nobles hicieron que esa tarde pasara a la historia de este bicentenario coso.
Es de destacar que abriesen el paseíllo los añorados alguaciles, que vuelven a Zalamea tras años de ausencia, así como la elegancia de las mujeres ataviadas con preciosas mantillas en el palco, ya que todos estos detalles le dan más prestancia al espectáculo y mantienen nuestra querida solera.
Con el cuarto el sevillano se encontró con el mejor toro de la tarde. Un toro pronto, con tranco y muy noble, al que supo entender a la perfección; comenzó la faena citando al toro con la diestra desde largo y lo llevo embebido en la franela, ya que este repetía incansable con ganas de comerse la tela. Toreó cruzado y ligado en su última actuación en la provincia de Huelva, consiguiendo plasmar naturales de gran plasticidad aunque con poca hondura. En la suerte suprema tras una estocada caída, dos descabellos y un aviso fue premiado con una oreja. Dávila toreo bien en Zalamea ante su próxima retirada del toreo el 12 de octubre en la Maestranza Sevillana, mandó y templó pero quizás le falto sentimiento.
El segundo diestro, José Mari Manzanares (Turquesa y oro con remates en blanco) vino a Zalamea a realizar el toreo que este año esta derrochando, ese

En el primero de su lote, un toro serio y bien puesto poco pudo hacer el diestro ante las complicaciones de su oponente, lo intento y aún así saco trazos de gran profundidad; faena de poca emoción pero de gran calado para el aficionado, ya que en las manos de este joven José Mari no se vieron las dificultades de un toro que derrotaba arriba y pasaba en su embestida sin codicia alguna. De un espectacular volapié y como se debe de hacer siempre por derecho, hizo rodar al astado otorgándosele dos orejas.
El quinto mostró más fijeza desde la salida y Manzanares vino a triunfar y triunfó, ya que tras una buena brega de su banderillero Manuel Rodríguez “El Mangui”, cogió los trastos y encandilo con la derecha con ligazón, cruzándose al pitón contrario y olvidando ese toreo rectilíneo que le caracterizaba.
Fue una faena de naturales preciosos y bellísimos pases de pechos como deben de ser, al hombro contrario; también dibujó mágicas trincherillas y pases de la firma todo un lujo para los sentidos con el toreo más hondo que hace de él un torero nuevo, con proyección de verdadera figura. El toreo de sentimiento es el que fomenta la afición, el arte en estado puro y hacen de la fiesta lo que es, algo mágicamente estético.
Con la zurda llevo planchada la muleta sin ayuda y consiguió rematar la faena propinándole al noble toro jiennense una estocada que le valió para pasear dos trofeos.
Rematadísima actuación de Manzanares, que hizo el toreo en su justa medida, mostrando despaciosidad, buenos toreos en redondo, torería en sus trazos, naturales de mucha profundidad y certeras estocadas.
El tercer espada mostró su corte y concepto de toreo en

En el último tercio, el diestro salmantino mimó la embestida del tercer toro, que no dejo de hacer amagos de rajarse. Gallo toreo gustándose, llegando al toreo más puro y ligado con la zurda componiendo naturales de hondura que remato con sendos circulares invertidos y garbosas trincherillas; terminó con una tanda de pases a pies juntos que gusto mucho al respetable. A la hora de matar cuadró, se colocó y mató con estocada hasta los gavilanes que le hizo pasear las dos orejas y el rabo por el anillo del coso Zalameño. La presidencia concedió la vuelta al toro que se arrastró entre división de opiniones, ya que el toro según la mayoría no era merecedor de esta, pero el asesor taurino usando el poder de la presidencia la concedió.
Esta vuelta hace olvidar al gran cuarto toro y al buen sexto por el pitón derecho.
Con el último astado llego lo más destacado de la tarde, Eduardo Gallo desplegó su particular abanico de sentidos y encandilo a la afición zalamera con su toreo de rectitud, quietud, ligazón y sobre todo naturalidad delante de la cara del animal. Durante la lidia destacar al banderillero Domingo Siro que colocó un gran par, cuadrando en la cara del animal lo que le llevo a saludar desde el tercio.
Una vez montera en mano, el salmantino se dirigió al diestro sevillano Dávila Miura para brindarle, quizás el último toro como compañero de terna.
Estuvo centrado Gallo y cuajo grandes tandas de derechazos de buena profundidad ante un toro que embestía pronto y con clase por el pitón derecho; cambiándose de mano consiguió la naturalidad de un buen natural y con la rectitud y porte característico hizo vibrar al tendido. Una vez con la espada de verdad, hizo llegar el sabio silencio, no maestrante, zalameño para que el joven matador toreara al natural con la hondura y el empaque de un gran torero. Mató de certera estocada y toco pelo con dos orejas. Zalamea disfruto mucho con este torero y comprobó que aquel dicho popular salmantino que comenta que Salamanca es Arte, Saber y Toros no es para menos.
Al finalizar el festejo se vivió otro momento inenarrable cuando los tres toreros, junto con el mayoral de Guadalmena salieron a hombros entre

Ahora toca hacer balance, comprobar los detalles que hacen que la fiesta nacional luzca en nuestro pueblo con todo su esplendor, crear festejos rematados y por supuesto hacerlos respetar. Por parte los aficionados debemos de respetar los carteles, seguir creando ambiente y ese inigualable sabor taurino, e intentar de no levantar rumores absurdos de los cuales la mayor perdedora es la solera de nuestra plaza de toros.
Eduardo Vázquez Zarza
domingo, 10 de septiembre de 2006
Feria taurina
sábado, 9 de septiembre de 2006
Viernes de Feria

En el meridiano del día, tímidamente, el primer reguero de personas, empieza a dotar de color a la escena septembrina. Sin darnos cuenta, el recinto va tomando la forma que le caracteriza en la Feria de día. El calor se hace sofocante, aunque no consigue derrumbar el ánimo del zalameño. Hoy es el día de la música, el día del baile, el día de los contrastes. Por un lado muchas zalameñas salen a la calle ataviadas con el traje flamenco. Las telas entalladas, los volantes y complementos generan un curioso abanico de colores, aumentando el encanto y atractivo de la Feria zalameña. Unos metros más abajo se produce el trueque de estilos. La percusión de la batucada, atrae a fuerza de ritmo a los zalameños. Baile y movimiento en estilo puro, que en ocasiones deja perplejo al improvisado observador. Algunos zalameños, se animan y entran a formar parte del derroche de ritmo, uniéndose a los componentes del grupo. Éste continua su marcha por el recinto ferial, llevando tras de sí a un grupo de admiradores de la “danza brasileña y de sus intérpretes y danzarines”. En la caseta de la Charanga, aumenta la juerga. Pieza, tras pieza, sus componentes van haciendo un repaso a su tradicional repertorio. Bailes espontáneos surgen ante el recital musical. Mientras tanto en el coso taurino, se dan los paso previos al desencajonamiento. Una gran cantidad de personas asiste a la cita. LLega la hora marcada. Incertidumbre. El camión que traslada a los animales se hace de rogar y retrasa su llegada a la plaza taurina. Es el momento de la espera. Entrando ya la noche, se realiza el manifiesto. Las luces, sin traje, iluminan el acto.








Juan Lancha, ¡comienza la faena!

Con la mirada puesta en los operararios que riegan el albero del coso taurino, pero sin quitar ojo de las puertas de Toriles, su fortaleza taurina de Zalamea, Juan Lancha responde con humildad a las preguntas que le vamos lanzando.
Desde 1986, hace ya 20 años justos, tomó el testigo dejado por su padre, al que todos también pensamos, como imágenes imperecederas, en Toriles. La afición, como siempre, de sus ancestros. Por supuesto de Juan Lancha padre, y más allá, en el recuerdo de su infancia, del campo, de su abuelo, del cuidado del ganado bravo. Le preguntamos si tiene miedo. Desde luego, después, al verlo encerrar a los toros del manifiesto en los corrales, todos alababan su valentía: Juan, los toros estarán encerraos, pero hay que tener muchos cojones pa está ahí abajo, le gritaba desde lo alto Antonio el Brujo. Pero dice que el miedo lo tuvo el primer día...como los toreros....ya después no. Quizás, eso sí, mucho respeto.
Recuerda muchas anécdotas, buenas y malas, que todo hay: .....recuerdo haber dejado el último toro del manifiesto en la Plaza, porque se hacía de noche y ya no se veía....le dejábamos la puerta de los corrales abierta, para que entrara solo.....después veníamos de la feria, a las dos o las tres de la mañana, con linternas, para ver si había entrado. También nos habla de una importante cogida.....a Gabriel de la Casa lo cogió ahí, cerca del burladero,....el toro lo empitonó.....le arrancó los testículos y éstos cayeron al albero. Entonces el médico de la Plaza tuvo que mandarlo rápidamente a Huelva, y después a Sevilla, porque aún no existía en Hospital de Riotinto.
Respecto a buenas faenas, recuerda muchas. Otras malas, pero de eso.....hay que levantar la Fiesta, y mejor no hablar de las cosas malas. Si nos habla de la mejor faena realizada en Zalamea, a pesar de no haber estado presente, puesto que fue el año que él nació: se refiere a la de El Tano, en 1956.
Para acabar, esboza una sonrisa porque se siente satisfecho al ver la plaza llena en el desencajonamiento....en Zalamea sigue viniendo mucha gente a los toros, sobre todo mucha juventud, que es importante que se incorpore a la fiesta.
El manifiesto está a punto de comenzar y llaman a Juan. ¡Juan la última!: ¿hasta cuándo abriéndo Toriles?.....hasta que el cuerpo aguante.
Tarde de Manifiesto

viernes, 8 de septiembre de 2006
Jueves de Feria

Son las 3 del mediodía. Las casetas más nocturnas guardan en su clausura, los recuerdos de la noche anterior. La verticalidad de las telas se convierten en centinela de la noche pasada. Noche de elixires mágicos que convierten a los zalameños en grupos abiertos de risa y buenos ratos. Exaltación de la amistad. Unos manos despliegan las telas. Empieza una nueva representación.
En la plaza la obra ya lleva varios actos representados. Las casetas llegan a su punto álgido. Las personas más mayores ya llevan tiempo disfrutando de la nueva jornada. Conversaciones de toros y anécdotas pasadas son regadas por los caldos andaluces, mientras el pescadito frito se acomoda en los estómagos. Músicas diversas componen una sinfonía improvisada convertida en rumor palpable de cualquier lugar del pueblo.
Otro lugar. Los payasos en la caseta municipal exprimen las risas de los niños y de los no tanto. Estamos en la sesión vermut, oasis que defienden al zalameño y visitante del calor sofocante. Comienza la marcha. Una vuelta por los puestos de turrón cuando la tarde empieza a caer. Los puestos de juguetes son objetivos de los zalameños más chicos, que con todo tipo de artimañas convencen a los padres para la adquisición de un nuevo juguete. Después vendrán las golosinas, las atracciones….El firme de La Plaza recoge las pisadas de la Charanga Barroca, que ponen la nota de ritmo en el recinto ferial. Llega la noche. Perfumes engalanan al zalameño. Llega el momento de la estética, de la solera, del disfrutar del paseo con las mejores galas. Magia. Y en la caseta municipal, más magia. El ilusionista Gerard hace pasar un buen rato a un recinto lleno. Un paseo por los puestos de la calle La Iglesia, y retirada a casa en algunos casos. .En las casetas más jóvenes empieza la noche. La mañana recoge en su despertar a los más noctámbulos. El viernes empezará dentro de un rato.










jueves, 7 de septiembre de 2006
Ius familiae

Manuel Becerro Pérez.
http//perspectivaonubense.blogspot.com
Miércoles de Feria
La lluvia aparece, pero las ganas de disfrutar es mayor. Desde las 12 hasta las 4 de la mañana, realiza su diana aguada. La concurrencia por las calles disminuye, pero las casetas se abarrotan. Es el segundo día y los zalameños no se ven derrotados ante las inclemencias. El tercer día espera a la vuelta de la esquina.
.








miércoles, 6 de septiembre de 2006
Sentimiento por su pueblo

un capote y la montera,
y una mantilla de blondas,
pregonando tu solera.
Los toros están mugiendo,
inquietos en la dehesa,
dormitan los mayorales mientras velan las estrellas
y los gañanes despiertos,
sueñan ya, con la feria.
A tus plantas torre mía,
un sombrero de ala ancha,
cáireles en tu veleta
y en mis labios un pregón,
para ti, mi Zalamea.
Con este poema, y tras los agradecimientos en su presentación, comenzó Francisco Javier Martín el pregón taurino en la noche de ayer.
En su locución hizo un extensivo repaso al acontecer taurino en nuestro pueblo a lo largo de la historia, mostrando la cara nostálgica de la fiesta nacional y la influencia que la tauromaquia zalameña había tenido sobre ella. Recordando viejas estampas perdidas en el tiempo y en el recuerdo…”Cerrar, cerrar los ojos, y dejando volar la mente, posaros sobre una Zalamea sedienta de feria y de toros. Oid, Oid el sonar anárquico pero firme de unos cencerros y pensad que por las calles empedradas y mal iluminadas de aquella Zalamea, van pasando los toros camino de la plaza bajo la sombras de las noches, donde no se duerme el sueño, porque todo huele a feria…” Haciendo referencia, de esta manera, a los e

…”Zalamea, al menos para mi, es un pequeño pero importante santuario en la cría del toro bravo, pues de aquí salieron, selectas simientes para formar otras ganaderías y además aquí se formó un encaste propio, el de Lancha, actualmente en las sabias manos de la familia Cuadri…”
Prosiguió ensalzando el encaste zalameño, y más concretamente en las figuras de Don José Carvajal González y Don José María Lancha Vázquez, excelentes ganaderos zalameños que aportaron a la cabaña brava un encaste propio, el cual, se encuentra repartido por el campo bravo español.
El acto, celebrado en La Caseta Municipal, fue amenizado por La Banda de Música Don Justo Ruiz. El pasodoble “Marigenta”, compuesto por Javier Serra, abrió la presentación que hizo Eugenio del Pregón taurino. Luego en los intermedios se tocaron distintos pasodobles taurinos como; “Plaza de las Maestranzas” de David Artola, “Dávila Miura” de Abel Moreno y “Churumbelería” de Emilio Cebrián. Dejando para el final el pasodoble “Zalamea” de Abel Moreno, que para deleite de los allí congregados estrenó la letra que el pregonero de este año Francisco Javier Martín ha compuesto para su pueblo…” A ése pasodoble le puse letra, que hoy os la presento, a sabiendas de que no está institucionalizada, pero como es mía y lo escrito, escrito está, a ustedes os la entrego…” La letra sencilla y sentida, fue magistralmente entonada por “Joselino”.

Zalamea de mi alma,
villa muy noble y leal,
tu torre se hace suspiros
cuando suena éste cantar
De rojo cruzada en oro
ondea tu identidad
mientras los siglos evocan
llenos de orgullo tu libertad.
Dichosa mi alma Zalamea,
te besa y se recrea
cuando empiezo a cantar
este pasodoble tan querido
que cual beso sentido
es un suspirar.
Tu feria son nueve días
que despiertan la “otoñá”
después vendrá tu “Rosario”
“jachas”, patrón y San Blas
y cuando seas primavera
un cristo en la madrugá
y un “Romerito” que canta
a una Pastora gracia y lealtad
a tu lado Zalamea
a tu lado quiero estar
y que los siglos me lleven
contigo a la eternidad.
Tu torre,
Suspira,
¡Qué guapa está!
Joselito, presentado

Los dos llegaron a la conclusión del handicap que supone llegar con el telón de fondo del mercado de fichajes a la vista, ya que deben de ganarse la confianza del técnico y adaptarse a la forma de juego con tiempo de desventaja con respecto al resto de la plantilla. Asumen la competencia que tendrán en sus respectivos puestos y están seguros de que con trabajo y esfuerzo lograrán hacerse con un puesto en el equipo. La pasada jornada no entraron en la convocatoria porque estaban recién llegados y confian en ir entrando poco a poco en ellas.