martes, 25 de octubre de 2005

O: Cuatrocientos años de Rosario

Hay un pueblo en las últimas estribaciones de la Sierra Morena, viajando hacia la tierra llana desde Extremadura, en la provincia de Huelva, en el que desde hace cuatrocientos años, cuando llega el mes de octubre, un grupo de personas se echan a la calle para, con cánticos, honrar el nombre de la Virgen María en su advocación de El Rosario, son los "auroros" de "El Rosario de la Aurora". Es Zalamea la Real. Pueblo antiguo en la comarca de la Cuenca Minera. No es momento para hablar de su antigüedad pero valga tan sólo decir que su origen se remonta a la época del rey Salomón cuando junto con el Rey Irán de Persia arribaron a estas tierras buscando el oro y el cobre para cubrir la cúpula del primer templo de Jerusalén.
De su larga dependencia de la Iglesia Arzobispal de Sevilla desde que el Rey Alfonso X la cede a ésta, siendo su primer señor el Obispo D. Remondo, Zalamea fue recibiendo todas las influencias culturales y religiosas de Sevilla. Entre éstas llegaron las hermandades; por ejemplo Vera-Cruz en 1580 y El Rosario de La Aurora en 1605.
Ya en el 1604 se solicita la creación de esta hermandad, como podemos ver por el trozo que se ha entresacado del documento de creación. "Se fundó el 17 de Mayo de 1605. Domingo de quasimodo por el P.F. Francisco Hurtado estando en esta villa con licencia del P.F. Juan Chacón, Prior del Convento de Santo Domingo de Aracena que la dio en 12 de Septiembre de 1604 y la fundó con toda solemnidad y requisitos señalando Altar e imagen…." (He trascrito literalmente).
Hoy en día, con esto de los cambios, no se celebra como hace por ejemplo 50 años. El mes de octubre estaba dedicado entero a la Virgen de El Rosario, con el rezo y canto de éste, cada madrugada, por las calles del pueblo. Cuando terminaba se celebraba la Santa Misa, misa que dejó mandada y pagada en el acta de fundación el sochantre D. Juan Moreno de los Reyes cuando creó el "Patronato de El Rosario de por las calles" en el 15 de Febrero de 1719 dotándolo de su correspondiente patrimonio para subsistir. Es muy curioso uno de sus artículos en el que dice "si los sacerdotes se negaren a ir a la Iglesia a decir la misa sean sacados a la fuerza de la cama".
Entre las muchas letras que se desgranan a lo largo de la noche quiero entresacar estas dos con la que a veces se abre la ronda y la que cierra ésta:

La campana que suena es de bronce, /la lengua que canta de carne mortal, /estas piedras sirvan de testigo, /como que en tu puerta me paro a cantar. /Devotos llegad, devotos llegad /a rezar el Rosario a María, / que es la Excelsa Madre de la Humanidad.

Ya con esta remato mis coplas, /Virgen del Rosario perdona mi voz, /Yo quisiera para engrandeceros, /Tener la elocuencia del gran Salomón. /Vamos con fervor, vamos con fervor /a rezar el Rosario a María /y ángeles seremos en su devoción.

Es una pena que por imperativo "de los tiempos" haya pueblos que pierdan sus muy hermosas tradiciones.

by Pastor Cornejo