La celebración del día de Halloween ha sido integrada en nuestra cultura casi desplazando los ancestrales ritos del Día de los Muertos. De todas formas, la aparición de esta celebración anglosajona es tan incipiente entre nosotros que poca gente sabe de dónde o cuándo surge este conjunto de actividades que se realizan en la noche tenebrosa del 31 de octubre, una noche repleta de brujas y fantasmas. Cuando se habla de Halloween o Día de las brujas, se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y niños. Pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter purificador y religioso. Históricamente, el Halloween como práctica de encuentro y reunión, fue heredada de los celtas ingleses. Para los cristianos este nombre se deriva de la palabra All Hallows E´en o víspera del Día de todos los Santos.
Al caer la tarde, sobre las 19:00 horas, los niños han correteado por las calles de Zalamea abducidos por la tenebrosa noche del 31 de noviembre. Halloween se presenta para ellos como una novedosa fiesta para disfrutar con sus amigos. Al llamar a las puertas, en estas fechas cerradas a cal y canto, los niños gritan al unísono…” Truco o Trato”. Las caras de los vecinos al abrir las puertas es de perplejidad, pues muchos al ver en su puerta una congregación de pequeños raritos, no entienden nada. La idea es que si no se les da alguna golosina le harán alguna maldad al residente del lugar que visitan.
Fantasmas, brujas, muertos vivientes, calaveras con capucha, niñas diabólicas, caras ensangrentadas….disfraces de toda índole y condición, unos comprados en tiendas especializadas, y otros elaborados por su madres de forma improvisada y con materiales ingeniosos.
Noche
Al caer la tarde, sobre las 19:00 horas, los niños han correteado por las calles de Zalamea abducidos por la tenebrosa noche del 31 de noviembre. Halloween se presenta para ellos como una novedosa fiesta para disfrutar con sus amigos. Al llamar a las puertas, en estas fechas cerradas a cal y canto, los niños gritan al unísono…” Truco o Trato”. Las caras de los vecinos al abrir las puertas es de perplejidad, pues muchos al ver en su puerta una congregación de pequeños raritos, no entienden nada. La idea es que si no se les da alguna golosina le harán alguna maldad al residente del lugar que visitan.
Fantasmas, brujas, muertos vivientes, calaveras con capucha, niñas diabólicas, caras ensangrentadas….disfraces de toda índole y condición, unos comprados en tiendas especializadas, y otros elaborados por su madres de forma improvisada y con materiales ingeniosos.
Noche
mágica, noche de horror, noche de fiesta, noche de niños ilusionados con Halloween.
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