Voy a intentar ser muy corto para explicar el por qué del Miércoles
Santo en Zalamea. Creo que ya lo he dicho en otra ocasión, pero me
han vuelto a preguntar y ahí va.
Estaba recién llegado nuestro Nazareno a Zalamea, la Junta de
Gobierno reúne a todos los hermanos en un cabildo extraordinario en
la sacristía, que por derecho le corresponde a Penitencia ese lugar
ya que es, nuestra Iglesia, su sede de erección, para exponer
ciertos pormenores... Construcción de una puerta nueva para El
Sepulcro..... y..... la nueva imagen que Manolito había regalado a
Zalamea. Llegado a este momento se pregunta a los hermanos qué era
lo que se podía hacer. Consulto con la mirada a los amigos y como
soy un empedernido Quijote y abogado de causas perdidas, me erigí en
portavoz para exponer.... “sería interesante que pudiera
procesionar cautivo”; murmullo de voces, miradas inquisidoras hacia
ese “elemento” que en todo se mete y …... pregunta, ¿cómo y
por donde? Se exponen lugares y formas.... se comenta entre los
miembros de la Junta de Gobierno.... y tal vez pensando que se podría
echar para atrás, mi proposición, se propone una votación. Y
salió, ya lo creo que salió.... que esa procesión saliera el
miércoles, cautivo y por la parte este y norte del pueblo. Yo fui el
portavoz, pero el mérito es de todos aquellos “niños de la
guerra” que hoy somos setentones, y en aquellas fechas comenzábamos
nuestra mayoría de edad.
Ahora, también quiero “pegar lo que escribí” en el 2010, que tampoco llevaba música el paso de El Cautivo.
“Cuando las hojas de la puerta de la Parroquia se abrieron para dar paso a la Cruz de Guía de la procesión de Nuestro Padre Jesús Cautivo el miércoles Santo, me dije, hemos comenzado a disfrutar de “las cosas” de nuestro pueblo. Y comenzaron a desfilar las parejas de nazarenos, aunque como he leído a alguien, en Zalamea son penitentes, (ahora no es el momento de hacer la distinción entre unos y otros, ), a mí particularmente, como zalameño me gusta el apelativo de “penitente”, porque así se lo escuché decir a mis antepasados,… cuando había que salir de casa con el capirote puesto y regresar con él puesto; he visto que hay muchos que siguen haciéndolo así y eso les honra. Decía que salían las parejas de “penitentes” mejor o peor emparejados, eso es lo de menos, la verdad es que ahí están y algunos “emparejados” de a tres, pues le acompañaban en esa, tal vez su primera Estación de Penitencia su madre o su padre. A esos niños no se les olvidará nunca que hubo un día en el que sus padres le acompañaron a llevar a Jesús hasta el Calvario, aunque cuando sean mayores tomen tal vez otros derroteros,…. ahí estuvieron.
Ya está la Cruz de Guía en la puerta de nuestra “Tía Alegría”,…(donde en otro tiempo los que en ese año se habían puesto novios invitaban a sus amigos a alfajor o “mojón de perros”)… el paso del Señor Cautivo se empieza a mover… echaba de menos una banda… y me decía… Él lo habrá querido así. Fue pasando el tiempo y recorriendo su camino, y llegó un momento en el que no eché de menos la música ¡cómo andaban esos costaleros!, parecía que el que andaba era el que iba arriba. Entonces me di cuenta de que ese paso no necesitaba música, tan sólo necesitaba un tambor sordo, para acompañar a esos galeotes que unidos a sus trabajaderas tiraban del remo en las galeras de otros tiempos. Eso es lo que necesitaban los costaleros “algo” que les marcara el paso… por lo demás… nada. Mucho cariño y palabras de aliento de su capataz, y sentirse arropados por los que les veíamos trabajar en silencio…
“Cuando las hojas de la puerta de la Parroquia se abrieron para dar paso a la Cruz de Guía de la procesión de Nuestro Padre Jesús Cautivo el miércoles Santo, me dije, hemos comenzado a disfrutar de “las cosas” de nuestro pueblo. Y comenzaron a desfilar las parejas de nazarenos, aunque como he leído a alguien, en Zalamea son penitentes, (ahora no es el momento de hacer la distinción entre unos y otros, ), a mí particularmente, como zalameño me gusta el apelativo de “penitente”, porque así se lo escuché decir a mis antepasados,… cuando había que salir de casa con el capirote puesto y regresar con él puesto; he visto que hay muchos que siguen haciéndolo así y eso les honra. Decía que salían las parejas de “penitentes” mejor o peor emparejados, eso es lo de menos, la verdad es que ahí están y algunos “emparejados” de a tres, pues le acompañaban en esa, tal vez su primera Estación de Penitencia su madre o su padre. A esos niños no se les olvidará nunca que hubo un día en el que sus padres le acompañaron a llevar a Jesús hasta el Calvario, aunque cuando sean mayores tomen tal vez otros derroteros,…. ahí estuvieron.
Ya está la Cruz de Guía en la puerta de nuestra “Tía Alegría”,…(donde en otro tiempo los que en ese año se habían puesto novios invitaban a sus amigos a alfajor o “mojón de perros”)… el paso del Señor Cautivo se empieza a mover… echaba de menos una banda… y me decía… Él lo habrá querido así. Fue pasando el tiempo y recorriendo su camino, y llegó un momento en el que no eché de menos la música ¡cómo andaban esos costaleros!, parecía que el que andaba era el que iba arriba. Entonces me di cuenta de que ese paso no necesitaba música, tan sólo necesitaba un tambor sordo, para acompañar a esos galeotes que unidos a sus trabajaderas tiraban del remo en las galeras de otros tiempos. Eso es lo que necesitaban los costaleros “algo” que les marcara el paso… por lo demás… nada. Mucho cariño y palabras de aliento de su capataz, y sentirse arropados por los que les veíamos trabajar en silencio…
Pastor,
Abril 2014.
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