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Que “el fútbol es de locos” es una frase muy recurrente para resumir el encuentro de ayer por la tarde en el Perea Anta. El envite, asequible de inicio, debería recoger una disparatada crónica llena de tópicos futbolísticos.; una lección de la que debería tomar buena nota Manuel Rocha y su plantilla.
En el arranque el Zalamea se mostró fuerte sobre el tapete, era el estreno de Rocha en el banquillo como local y el equipo quería refrendar su última victoria como foráneo. De partida, Rocha había dispuesto un 4-2-3-1; con José Mª, Cristian, Alex y José Javier en defensa, doble pivote para Pablo y Rubén, una línea de tres enganches con Jairo, Pirulo y Vicente por el centro, y Portu como estilete arriba. Y la grata vuelta de un clásico, Sergio Lancha, reciente incorporación del club para ocupar un puesto en la portería.
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Antes del descanso, el árbitro expulsó a un jugador visitante por protestas reiteradas e insultar a Rubén, con el que había tenido un rifirrafe anterior. La nota curiosa la puso el colegiado, que le sacó la roja directa intuyendo que el insulto iba dirigido hacia su persona.
Tras el descanso, el Zalameas saltó con la misma actitud, presión, toque y superioridad por banda. Apenas habían pasado tres minutos y llegó el 3-0 tras una acción afortunada de José Mª. El extremo zalameño tras llegar a la cal, centra al corazón del área chica y el portero en una mala recepción aloja el esférico en su red.
Con todo a favor (3-0) y superioridad numérica, el Zalamea se echó a sestear.
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Con el equipo hecho un manojo de nervios y en pleno desconcierto, llegó el 3-3 en un sorprendente hat trick de Yeyo en el 70 de partido.
Con todo en contra el Zalamea CF se lanzó de forma desesperada en ataque para tratar de conseguir una victoria vital de necesidad. Pocas ocasiones se generaron en estos minutos, donde el equipo se moví a base de impulsos y con poco criterio. El gol de la victoria , 4-3, llegó tras un saque de esquina que, de forma magistral, fue rematado por Muñiz sutilmente con el tacón para alojarlo en las mallas. Victoria sufrida e importante, que muestra, muy a las claras, las carencias de una plantilla brillante pero con lagunas tácticas de importancia.