Como se podrá ver en las imágenes, comenzando por la portada, no es que sea gran cosa, pero ahí está algo que pudo ser y no llegó a “cuajar”. Hoy con la gran cantidad de medios con los que se cuenta podría ser realidad, y de hecho en otros lugares donde ejercí y presenté al Claustro ese “génesis”, que se intentó aquí y no fraguó, en algunos de esos lugares hoy sigue con mayor o menor entusiasmo saliendo.Os preguntareis que a qué viene esto ahora; pues bien a que en el curso que ahora están cumpliendo la “familia pedagógica”, se cumplen CINCUENTA (50) añitos,creo, que este “germen” vio la luz. Si,… cincuenta largos años en los que muchas cosas han pasado. Desde ser unos abuelos felices a haberse “marchado”, alguno de esos bizarros periodistas, a gozar de otras dimensiones. El hoy Hogar del Pensionista es testigo mudo de aquella redacción, donde vio la luz esto que quiso y no pudo por razones económicas.
Como podrán ir viendo, en los sucesivos días que vayan saliendo las páginas, lo que digo anteriormente de felices “abueletes” es real, pues a todos los que firman sus escritos los conocéis, y en cuanto a lo de que se han marchado algunos… también es real… por desgracia.Con esto quiero agradecer a aquellos alumnos que tuve la suerte de intentar enseñar y educar, lo segundo creo que sí, porque he visto su trayectoria de ciudadanos conscientes y cumplidores de sus obligaciones para la sociedad que les ha tocado vivir, y al mismo tiempo veo que siguen intentando conservar aquellas tradiciones con las que tanta “vara” les daba.
Si alguno quisiera hacer copias de él está a su disposición, siempre con el máximo cuidado pues quiero que mi nieta lo pueda llegar a ver y saborear.
Hoy envío la portada y la primera página firmada por Manuel Perea Muñiz.