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Las previsiones apuntaban que el domingo iba a ser lluvioso y ventoso, por lo que había cierto pesimismo desde que comenzara a llover por la mañana. A la hora anunciada para la salida, se acercaron a la Iglesia numerosos fieles para aseverarse de que no se iba a realizar la tradicional Procesión de San Vicente por las calles del pueblo, ya que no paraba de llover.
Una vez reunida de urgencia, la Hermandad decidió demorar la salida media hora con el fin de que finalmente los zalameños y zalameñas disfrutaran del Patrón en la calle. Curiosamente la tarde abrió y los rayos de Sol se colaron por el portón para proclamar la salida del Santo a la calle.
Una vez reunida de urgencia, la Hermandad decidió demorar la salida media hora con el fin de que finalmente los zalameños y zalameñas disfrutaran del Patrón en la calle. Curiosamente la tarde abrió y los rayos de Sol se colaron por el portón para proclamar la salida del Santo a la calle.
Foto: José Manuel Vázquez Lazo