El pasado día 30 de noviembre tuvo lugar el primer día de la novena que en la Parroquia de la Asunción se celebra en honor de la Inmaculada Concepción., desde entonces y hasta el mismo día 8 estos cultos se van a enlazar con la tradicional tirada de caramelos desde la torre y la revitalizada fiesta de las candelas, que el próximo día 7 por la noche iluminarán las calles de nuestro pueblo como desde hace tantos años en el tiempo.
La novena de la Inmaculada ha sido desde siempre una fiesta muy querida por las zalameñas, pues son ellas, desde tiempo atrás las encargadas de preparar y organizar lo referente al culto a la imagen. Sin duda si no se diera este hecho sería extraño que se siguieran realizando estos cultos sin tener detrás una hermandad que los sustente o realice, pero en esta ocasión tiene a la mejor hermandad posible, que son todas las mujeres zalameñas interesadas en mantener la fiesta de la purísima. Y es que aún en Zalamea se pasa “a cobrar la Purísima”.
En este año parece que el relevo generacional se está haciendo patente, ya que las encargadas todos los años comienzan a notar la pesada carga que supone luchar por su parroquia y sus costumbres cada año. Es hora de alabar su trabajo en todos esos años anteriores haciendo el trabajo tan bien, al menos, como todas ellas lo han hecho.
La bandera blanca y celeste ya ondeará sobre la verja que corona el edificio de nuestra Parroquia anunciando que se celebra el dogma de la Inmaculada Concepción de María y desde allí los niños recibirán una lluvia tradicional de caramelos que endulcen la mañana del día 7, día que también se verá inmerso en las llamas que quemen las jaras y ramas que por una vez al año se traen de nuestros campos, ahora acompañado, durante hace muchos años también, por el ensordecedor sonido de petardos, cohetes y la luz de bengalas y demás artificios de pólvora.
Otra fiesta más que se acerca u otra fiesta más que se va, disfrutemos de ella y hagámoslo como sólo zalamea sabe: aprovechando todos sus momentos.
La novena de la Inmaculada ha sido desde siempre una fiesta muy querida por las zalameñas, pues son ellas, desde tiempo atrás las encargadas de preparar y organizar lo referente al culto a la imagen. Sin duda si no se diera este hecho sería extraño que se siguieran realizando estos cultos sin tener detrás una hermandad que los sustente o realice, pero en esta ocasión tiene a la mejor hermandad posible, que son todas las mujeres zalameñas interesadas en mantener la fiesta de la purísima. Y es que aún en Zalamea se pasa “a cobrar la Purísima”.
En este año parece que el relevo generacional se está haciendo patente, ya que las encargadas todos los años comienzan a notar la pesada carga que supone luchar por su parroquia y sus costumbres cada año. Es hora de alabar su trabajo en todos esos años anteriores haciendo el trabajo tan bien, al menos, como todas ellas lo han hecho.
La bandera blanca y celeste ya ondeará sobre la verja que corona el edificio de nuestra Parroquia anunciando que se celebra el dogma de la Inmaculada Concepción de María y desde allí los niños recibirán una lluvia tradicional de caramelos que endulcen la mañana del día 7, día que también se verá inmerso en las llamas que quemen las jaras y ramas que por una vez al año se traen de nuestros campos, ahora acompañado, durante hace muchos años también, por el ensordecedor sonido de petardos, cohetes y la luz de bengalas y demás artificios de pólvora.
Otra fiesta más que se acerca u otra fiesta más que se va, disfrutemos de ella y hagámoslo como sólo zalamea sabe: aprovechando todos sus momentos.