martes, 18 de diciembre de 2007

"Mi José"

Chispa hay que tener para realizar un trabajo durante años con voz de mando y a la vez tener la mente abierta para poder así, no pasarse de los límites del razonamiento y el respeto hacia los demás.

José González García, se jubila y con él se va uno de los mayores trabajadores del Ayuntamiento, a partir de ahora podrá descansar de duras y largas jornadas de trabajo, que aunque debían ser, como cualquier trabajador, de 8 horas, su deber y compromiso hacia su pueblo podían ante el cansancio y abatimiento. Aún así, podremos verlo en cualquier rincón de Zalamea realizando cualquier trabajo, ya que los que lo conocen saben que es imparable y que no podría quedarse parado o relajado ni un segundo.

Se ha ganado la amistad y el respeto de, creo, la mayoría del pueblo de zalamea, algo difícil de conseguir en estos tiempos, con su inquietud por llevar acabo su trabajo, llegando incluso a trabajar a deshoras, en cualquiera de las obras de las calles, o regando los jardines ya bien entrada la tarde-noche, etc.… y no digo más pues seguro que tú, que estas leyendo en estos instantes, recordarás alguna anécdota viéndolo en cualquier sitio, trabajando sin tener que hacerlo, y es que, él como jefe, no debería realizarlo, pero como el dicho dice: “cuando tu vas, yo he ido y he vuelto” y es por eso la denominación de “Chispa”.

El dueño de todas las llaves de zalamea, del teatro, de la plaza de toros, del Ayuntamiento, o de cualquier cuartillo de herramientas, no existe llave que él no tenga o lugar en el que no haya trabajado, y es que después de tantos años de trabajo, se ha ganado la confianza y el respeto de todos los equipos de gobierno, por su seriedad en su trabajo, difícilmente encontrarán una persona con su nivel de esfuerzo, trabajo y sabiduría, pues sinceramente, para eso “hay que nacer”.

Recuerdo que a mi abuela Gregoria, no le agradaba que lo llamaran Chispa, ella decía que su hijo se llamaba José y no ponía muy buen agrado a el que le insinuara, con una simple broma, el citado mote. Como sobrina que soy, decir que, por supuesto y sin lugar a dudas ha sido y será el cabeza de una gran familia. Reseñar que mientras mi abuela vivió, hasta los 92 años, no hubo un solo día que no fuera a verla, llevarle su compra ó sus medicinas, siendo para ella su mayor apoyo.

Me quedo tanto yo como el resto de mi familia con el máximo orgullo de tenerlo entre nosotros, recordaré mil y una frases para alabar a mi tío, sólo señalar como recuerdo, lo que diría mi abuela, “Mi José”.


Mari Cruz Gómez